En un contexto donde la vejez suele asociarse a la invisibilidad social, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) ha lanzado una convocatoria estratégica para el cierre del año, posicionando el esparcimiento como un derecho fundamental para los adultos mayores. A través de su programa Vacaciones Tercera Edad, la institución no solo promueve viajes, sino que impulsa una política de inclusión y bienestar dirigida a personas mayores de 60 años, jubilados, pensionados, montepiados o en situación de discapacidad, quienes pueden participar junto a un acompañante adulto.

Esta iniciativa, lejos de ser un mero subsidio, opera como un mecanismo de reparación social. Al ofrecer paquetes turísticos a destinos nacionales con un subsidio estatal que oscila entre el 25% y el 70%, el programa reconoce y busca paliar las limitaciones económicas que frecuentemente restringen el acceso al turismo en este segmento de la población. Los servicios incluidos —alojamiento, alimentación, transporte, seguro de asistencia en viaje, excursiones y actividades recreativas— constituyen una estructura integral que garantiza una experiencia de calidad, eliminando barreras logísticas que de otro modo podrían resultar prohibitivas.

La campaña “Chita, qué lindo” representa más que un eslogan; es un intento por generar un relato positivo en torno al envejecimiento, asociándolo con la vitalidad, la curiosidad y el disfrute. Con 6.800 cupos disponibles, la oferta se divide en dos modalidades diseñadas para adaptarse a distintas necesidades: la modalidad Clásico (1.700 cupos para estadías de 4 a 7 noches) y la modalidad Escapadas (5.100 vacantes para viajes de 2 a 3 noches). Esta segmentación refleja un diseño consciente de las distintas disponibilidades y ritmos de los beneficiarios.

El acceso al programa se ha simplificado al máximo para favorecer la participación: los interesados deben ingresar al sitio web vacacionesterceraedad.cl, seleccionar el destino de interés y realizar la reserva a través de las agencias de viaje asociadas. La diversidad de destinos y precios accesibles —como viajar a Colbún desde Chillán por $275.300 o una escapada a Lago Rapel desde Viña del Mar por $90.100— evidencia un esfuerzo por descentralizar el turismo y fomentar la exploración de las regiones.

En esencia, este programa trasciende la dimensión recreativa. Se erige como una herramienta de salud pública y cohesión social, que combate el aislamiento y fomenta la actividad física y cognitiva en la tercera edad. Al facilitar que miles de personas mayores continúen construyendo recuerdos y experiencias significativas, el Estado chileno, a través de Sernatur, está invirtiendo en un activo invaluable: la calidad de vida de una generación que merece envejecer con dignidad y alegría.

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