Un estudio reciente confirmó que leer con frecuencia mantiene activa la memoria y protege la mente del envejecimiento. No hace falta leer mucho: con 20 minutos al día de libros, revistas o periódicos es suficiente. La lectura también ayuda a relajarse y a dormir mejor.
Los investigadores señalan que, al leer, el cerebro se ejercita de forma parecida a un músculo. Seguir la trama de una historia o comprender una noticia requiere concentración, lo cual fortalece la memoria y las conexiones neuronales.
Además, leer estimula la imaginación y la creatividad. Incluso elegir lecturas variadas, como novelas, poesía o artículos de historia, aporta diferentes beneficios y enriquece la cultura personal. Cada género despierta emociones y pensamientos distintos, lo cual mantiene la mente flexible.
Los especialistas también recomiendan compartir la lectura en voz alta con familiares o en grupos de lectura comunitarios. Esta práctica no solo fortalece la memoria, sino que también fomenta la socialización y el sentido de pertenencia, algo muy valioso en la tercera edad.
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