“La Carretera”, “De Niña a Mujer” y “Me Olvidé de Vivir” son apenas una muestra del repertorio de Julio Iglesias de la Cueva, uno de los cantantes más exitosos a nivel mundial. Aunque su legado musical ha sido cuestionado por varios críticos, un dato inapelable sobresale en su biografía: es el artista latino más vendido de la historia.
A diferencia de otros íconos como Raphael o las folklóricas, Iglesias no proviene de un origen humilde. Hijo del renombrado ginecólogo Julio Iglesias Puga, creció en el seno de una familia acomodada y no manifestó desde temprana edad una inclinación por la música. Fue, en cambio, un deportista destacado que llegó a ser arquero del Real Madrid mientras cursaba estudios de Derecho. Un accidente grave cambió el rumbo de su vida: lo alejó del fútbol y lo empujó hacia los estudios jurídicos, hasta que la música lo encontró.
Durante una estadía en Londres, Iglesias descubrió su vocación artística y en 1968 se presentó en el Festival de Eurovisión. A partir de ese momento, su carrera fue en ascenso meteórico. No solo fue protagonista de innumerables éxitos musicales, también ocupó portadas de revistas del corazón por sus romances, hasta encontrar estabilidad con Isabel Preysler, madre de sus hijos Chabeli, Julio José y Enrique, este último también cantante y distante de su padre desde hace años.
La figura de Iglesias va mucho más allá del escenario. Confeso seguidor del Partido Popular (PP), mantiene una intensa actividad política. Según relató Alberto Núñez Feijóo en el programa El Hormiguero, Julio sigue con atención el panorama español: devora editoriales, conversa semanalmente con líderes políticos y no oculta su simpatía por el actual candidato conservador.
Aunque su presencia pública disminuyó, Julio Iglesias sigue vigente por otros canales. Su imagen ha sido resignificada por los “Memes de Julio”, populares especialmente durante el verano. Su reacción fue ejemplar: “Encantado de la vida”, dijo cuando supo que adolescentes lo conocían por los memes. Incluso confesó que se ríe a carcajadas cuando amigos le envían alguno.
Tras separarse de Preysler —quien formó luego una familia con el marqués Falcó y con el exministro Miguel Boyer—, Iglesias encontró estabilidad con Miranda Rynsburger. Con ella tuvo cinco hijos y vive alejado del foco mediático, entre Miami y República Dominicana, lugar que eligió por seguridad tras el secuestro de su padre a manos de ETA. Durante los veranos europeos, la familia se traslada a Marbella, una de sus múltiples propiedades.
El mito de Julio Iglesias sobrevive al paso del tiempo. Para unos, es sinónimo de nostalgia; para otros, el protagonista de un meme. Pero detrás de la ironía digital, sigue intacta la figura del artista que supo cantar, amar y reinventarse como pocos.