En un intento desesperado por combatir la despoblación, el idílico pueblo de Presicce, en la región sureña de Puglia, Italia, ha lanzado una oferta que parece sacada de un sueño: está regalando hasta 30,000 euros (alrededor de 33,000 dólares) a las personas que decidan comprar una casa y mudarse allí. La iniciativa forma parte de una nueva política municipal que busca revitalizar el casco antiguo del pueblo, donde muchas viviendas históricas han quedado abandonadas. El alcalde explicó que el subsidio está destinado a cubrir los costos de renovación y compra, con la esperanza de atraer nuevos residentes, especialmente familias y jóvenes.
¿La trampa? Hay que mudarse de verdad
La oferta, sin embargo, no es un cheque en blanco. Los interesados deben comprometerse a comprar una de las propiedades antiguas del centro histórico y establecer en ella su residencia principal. El pueblo, famoso por sus olivares y su arquitectura barroca, ofrece una calidad de vida tranquila, pero carece de los servicios y el empleo de las grandes ciudades. El ayuntamiento espera que la llegada de nuevos habitantes incentive la apertura de pequeños negocios, como cafés y tiendas de artesanía, creando un efecto multiplicador.
Una tendencia en aumento
Presicce no es el único pueblo que recurre a estas medidas. Varias localidades rurales en España, Japón e incluso Estados Unidos han lanzado programas similares para atraer nuevos pobladores. Este fenómeno refleja un desafío global: el abandono de las zonas rurales en favor de las urbes. Mientras tanto, las redes sociales han explotado con el anuncio, y el ayuntamiento de Presicce reporta que ha recibido miles de consultas de todo el mundo, desde nómadas digitales hasta jubilados en busca de una aventura mediterránea.
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