Los datos del último censo nacional pintan un panorama demográfico silencioso pero abrumador: más del 75% de las personas mayores de 80 años que viven solas son mujeres. Esta cifra no es una casualidad, sino el resultado directo de una mayor esperanza de vida femenina combinada con la tradicional diferencia de edad en las parejas, que deja a millones de mujeres enfrentando una viudez que puede extenderse por dos décadas o más.

Expertos en gerontología y género señalan que esta soledad está lejos de ser solo física. «Hablamos de una soledad emocional y social agravada», explica la socióloga María González. «Muchas de estas mujeres dedicaron su vida al cuidado de sus maridos, hijos y nietos. Cuando enviudan, su red social, a menudo centrada en la familia y la pareja, se desmorona dramáticamente, mientras que los hombres viudos suelen tener más herramientas sociales externas al hogar».

El impacto en la salud es severo. Estudios vinculan la soledad prolongada en mujeres mayores con un riesgo significativamente mayor de desarrollar depresión, ansiedad y deterioro cognitivo, en comparación con los hombres en situación similar. Además, suelen postergar la búsqueda de ayuda médica, normalizando su malestar como «parte de la edad».

A nivel comunitario, los recursos existentes suelen ser insuficientes o inadecuados. «Los centros de día o las actividades municipales están ahí, pero no llegan a quien más lo necesita. Muchas de estas mujeres, con movilidad reducida y sin quien las acompañe, están literalmente atrapadas en sus domicilios», comenta Laura Ruiz, trabajadora social de un distrito con población envejecida.

La solución, apuntan las expertas, requiere un enfoque con perspectiva de género: desde grupos de apoyo específicos para viudas que fomenten la creación de nuevas redes, hasta programas de acompañamiento vecinal que prioricen a estas mujeres. Romper este ciclo de aislamiento es un imperativo de salud pública y justicia social para una generación que cuidó de todos y ahora se encuentra en el mayor de los olvidos.