El panorama de la industria del entretenimiento enfrenta una reconfiguración dramática, que redefine las lógicas del poder corporativo en la era del streaming. En un movimiento estratégico y audaz, Paramount lanzó el lunes una oferta pública de adquisición hostil dirigida a los accionistas de Warner Bros. Discovery (WBD). Esta maniobra busca no solo adquirir un conglomerado mediático clave, sino contrarrestar la influencia expansiva de Netflix, que apenas la semana anterior había anunciado un acuerdo para adquirir segmentos significativos de WBD.

El desencadenante inmediato de esta pugna fue el anuncio, realizado el viernes pasado, de que Netflix había pactado la compra de una importante división de Warner Bros. Discovery por 83.000 millones de dólares, un acuerdo ya respaldado por los consejos de administración de ambas compañías. Sin embargo, Paramount, en un intento por trastocar esta transacción, optó por dirigirse directamente a los accionistas de WBD, desafiando la autoridad de su junta directiva.

La oferta de Paramount, valorada en 30 dólares por acción en efectivo, implica una valoración total de aproximadamente 108.000 millones de dólares, incluyendo la deuda asumida. Esta propuesta no solo supera financieramente a la de Netflix, sino que presenta una estructura integral: Paramount busca la totalidad de Warner Bros. Discovery, incluyendo el icónico estudio cinematográfico Warner Bros., el servicio de transmisión HBO Max, y una extensa cartera de canales de cable, entre los que destaca CNN (activos que quedarían excluidos del acuerdo con Netflix). En su comunicado, Paramount justificó su enfoque directo a los inversores al argumentar que el consejo de WBD estaba persiguiendo «una propuesta inferior» que, además, enfrentaría «un desafiante proceso de aprobación regulatoria«.

Este enfrentamiento trasciende una mera puja financiera, planteando una batalla por el futuro de la producción y distribución de contenido. David Ellison, Director Ejecutivo de Paramount, subrayó en un comunicado la visión estratégica detrás de la oferta: «Creemos que nuestra oferta creará un Hollywood más fuerte«, afirmó. «Es en beneficio de la comunidad creativa, los consumidores y la industria cinematográfica«. Esta declaración refleja un intento de posicionar la fusión no solo como una victoria corporativa, sino como un imperativo para la sostenibilidad y competitividad del ecosistema creativo tradicional frente a los gigantes digitales.

La estrategia de Paramount representa un cálculo de alto riesgo: al intentar una adquisición hostil, busca forjar un conglomerado con una capacidad de producción, una biblioteca de contenidos y una penetración en medios lineal y digital sin precedentes, capaz de rivalizar en escala con Netflix, Disney y otros actores dominantes. Este episodio marca un momento crítico en la consolidación de la industria, donde las alianzas se redefinen y la lucha por la escala y la propiedad intelectual determina la supervivencia en un mercado hipercompetitivo.