Una de las bandas homenajeadas esa noche fue Journey, y en el ambiente se respiraba una mezcla de nostalgia, respeto y expectativa, no solo por el reencuentro de miembros históricos del grupo, sino por lo que significaba la presencia simultánea de dos voces clave en su historia: Steve Perry, el legendario vocalista original, y Arnel Pineda, el cantante filipino que desde 2007 revitalizó el legado de la banda.

Hasta ese momento, Perry y Pineda no se habían conocido en persona. Aunque el exvocalista había elogiado públicamente a Arnel en entrevistas, no se habían cruzado, ni siquiera durante los años posteriores al ingreso de Pineda a la banda. La noche del Hall of Fame fue el momento propicio para que eso ocurriera.

El momento clave se dio tras bastidores, en un ambiente reservado para los miembros actuales y pasados de Journey. Arnel Pineda se acercó a Steve Perry con una mezcla de humildad y emoción. En entrevistas posteriores, Arnel describió la experiencia como “surreal”. Ambos se dieron un cálido abrazo y compartieron palabras de respeto mutuo.

“Le dije: ‘Gracias por tu legado. No estaría aquí si no fuera por ti’”, recordó Arnel en una entrevista con Rolling Stone.

Steve respondió con una sonrisa y le dijo: “Gracias por mantener viva la música. Has hecho un trabajo increíble”.

El gesto fue breve pero significativo. En el escenario, durante el discurso de inducción, Perry se refirió a Arnel ante el público:

“Quiero dar las gracias a Arnel Pineda, quien canta su corazón por todos nosotros cada noche”, dijo Perry, arrancando aplausos y cerrando un círculo de respeto generacional.